Área de identidad
Código de referencia
HN FN-UNAH LH-CS
Título
Clementina Suárez
Fecha(s)
- 1972 (Creación)
Nivel de descripción
Serie
Volumen y soporte
1
Área de contexto
Nombre del productor
(12 de Mayo de 1902-1991)
Historia biográfica
Clementina Suárez, virtuosa poeta, representa una de las voces más plenas de la poesía hondureña contemporánea. Viajera infatigable, rebelde de su tiempo, viajó a México, Cuba, New York, Madrid, Guatemala y El Salvador. En Honduras fundó y dirigió la revista “Mujer y Prisma”.
Estuvo casada con Guillermo Bustillo Reina y el pintor salvadoreño José Mejía Vides. En 1970, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa.
La poeta olanchana es la voz femenina de la poesía hondureña por excelencia. Y fue la primer mujer en publicar un libro: el poemario “Corazón Sangrante” (1930) dedicado a su madre.
Fue una de las voces fundamentales de la poesía vanguardista de nuestro país. Su discurso exultaba emociones y sensibilidad extraordinaria.
La existencia de Clementina se debatió entre el escándalo, la admiración, la adulación y el vilipendio. No podía ser de otra manera. Nacida en Juticalpa, en 1902, desde muy joven abandonó la familia que buscaba confiscarla para el matrimonio tradicional. Intentó refugiarse en una Tegucigalpa que no le perdonó su bohemia, su pasión por los cafés, su gusto por la compañía masculina. Incomprendida por una sociedad somnolienta, se dedicó a escribir, obedeciendo a una fuerza interna sobre temas urgentes y universales. Su espíritu revolucionario, iconoclasta la llevó a declararse feminista muy tempranamente.
La franqueza de Clementina chocó con la moral de su tiempo. Su propio estilo de vida puso en cuestión la gazmoñería, la sexualidad reprimida, muda e hipócrita de entonces. Vestía pantalones cortos y trajes de baño; celebraba su cuerpo no sólo en su vida sino también en su poesía. Y aunque ella fue la primera mujer que publicó un libro en Honduras, la gente se interesaba más por sus amantes que por su poesía.
Participó con pasión y transparencia en todos los acontecimientos importantes de su época. Para ella no existían los disfraces, rechazó los códigos de lo grosero y de la intolerancia. Con sus actos y su poesía transgredió las convenientes costumbres puritanas. Rompió con los discursos clandestinos, circunscritos, disfrazados. Quebró las prohibiciones, la represión. Sin prudencia alguna acometió la tarea de ser desbordadamente auténtica.
En las tertulias del Café de París y El Jardín de Italia fue la única mujer que departió con los intelectuales de aquellos años, Alejandro Castro, Alfonso Guillén Zelaya, Antonio Rosa, Guillermo Bustillo Reina, Arturo Martínez Galindo, Claudio Barrera, entre otros. Se identificó con aquellos que reverenciaron su talla intelectual y asumieron su feminidad.
Estuvo casada con Guillermo Bustillo Reina y el pintor salvadoreño José Mejía Vides. En 1970, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa.
La poeta olanchana es la voz femenina de la poesía hondureña por excelencia. Y fue la primer mujer en publicar un libro: el poemario “Corazón Sangrante” (1930) dedicado a su madre.
Fue una de las voces fundamentales de la poesía vanguardista de nuestro país. Su discurso exultaba emociones y sensibilidad extraordinaria.
La existencia de Clementina se debatió entre el escándalo, la admiración, la adulación y el vilipendio. No podía ser de otra manera. Nacida en Juticalpa, en 1902, desde muy joven abandonó la familia que buscaba confiscarla para el matrimonio tradicional. Intentó refugiarse en una Tegucigalpa que no le perdonó su bohemia, su pasión por los cafés, su gusto por la compañía masculina. Incomprendida por una sociedad somnolienta, se dedicó a escribir, obedeciendo a una fuerza interna sobre temas urgentes y universales. Su espíritu revolucionario, iconoclasta la llevó a declararse feminista muy tempranamente.
La franqueza de Clementina chocó con la moral de su tiempo. Su propio estilo de vida puso en cuestión la gazmoñería, la sexualidad reprimida, muda e hipócrita de entonces. Vestía pantalones cortos y trajes de baño; celebraba su cuerpo no sólo en su vida sino también en su poesía. Y aunque ella fue la primera mujer que publicó un libro en Honduras, la gente se interesaba más por sus amantes que por su poesía.
Participó con pasión y transparencia en todos los acontecimientos importantes de su época. Para ella no existían los disfraces, rechazó los códigos de lo grosero y de la intolerancia. Con sus actos y su poesía transgredió las convenientes costumbres puritanas. Rompió con los discursos clandestinos, circunscritos, disfrazados. Quebró las prohibiciones, la represión. Sin prudencia alguna acometió la tarea de ser desbordadamente auténtica.
En las tertulias del Café de París y El Jardín de Italia fue la única mujer que departió con los intelectuales de aquellos años, Alejandro Castro, Alfonso Guillén Zelaya, Antonio Rosa, Guillermo Bustillo Reina, Arturo Martínez Galindo, Claudio Barrera, entre otros. Se identificó con aquellos que reverenciaron su talla intelectual y asumieron su feminidad.
Institución archivística
Historia archivística
Origen del ingreso o transferencia
Área de contenido y estructura
Alcance y contenido
Valorización, destrucción y programación
Acumulaciones
Sistema de arreglo
Área de condiciones de acceso y uso
Condiciones de acceso
Condiciones
Idioma del material
Escritura del material
Notas sobre las lenguas y escrituras
Características físicas y requisitos técnicos
Instrumentos de descripción
Área de materiales relacionados
Existencia y localización de originales
Existencia y localización de copias
Unidades de descripción relacionadas
Área de notas
Identificador/es alternativo(os)
Puntos de acceso
Puntos de acceso por materia
Puntos de acceso por lugar
Puntos de acceso por autoridad
- Suárez, Clementina (Creador)